HISTORIA

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SURÉREMA inicia sus labores el lunes 4 de Septiembre del 2009, como una empresa que reconoce y hace suya la gran necesidad que existe en la sociedad de formar Líderes con sentido de trascendencia. En un primer momento nace como una inquietud personal de Julio César Gámez, quien asume y complementa este proyecto con sus actividades laborales en el ámbito educativo, psicoterapéutico y empresarial, uniéndose años después con el entusiasmo y la inquietud de Janette López León y Karen Correa Palencia, para integrar un equipo de trabajo donde lo esencial es “Tener corazón” y compartirlo, con personas, empresas e Instituciones que requieran nuestros servicios de Capacitación Educativa - Empresarial y Consultoría Psicoterapéutica.
Es constituida como Sociedad por Acciones Simplificadas de Capital Variable el día 09 de Marzo del 2018.

Nuestros procesos son a la vez metódicos y flexibles, que nos permiten equilibrar educación, acompañamiento terapéutico, liderazgo empresarial, desarrollo de estrategias, trabajo y experiencias lúdicas, las cuales ayudan a las personas a establecer conciencia y contacto con sus propias emociones, sentimientos y con el entorno en el que se encuentran inmersos y que les permite acceder a su crecimiento como personas, y repercutiendo en sus relaciones de pareja, familiar y laborales.

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¿Tiene corazón este camino?

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“Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por tanto, un Guerrero siempre debe tener presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes permanecer en él bajo ninguna circunstancia. Solo haz lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de mantenerte en ese camino o de abandonarlo debe estar libre de miedo o ambición. Observa cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como lo creas necesario. Luego pregúntate a ti, y a ti solamente, una pregunta. Esa pregunta es una que sólo un Guerrero es capaz de hacerse. Mi padre me la hizo cuando yo era joven y mi sangre era muy vigorosa para que yo la entendiera. Ahora la comprendo y te la voy a repetir:

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¿Tiene corazón este camino?

En mi propia vida puedo afirmar que he recorrido senderos largos, muy largos, pero no he llegado a ninguna parte.

La pregunta tiene ahora sentido.

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¿Tiene corazón este camino?

Sí, lo tiene, el camino será bueno. Si no, de nada sirve.

Ambos caminos no conducen a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno significará un viaje alegre; mientras lo recorras, serás parte de él. El otro puede arruinar tu vida. Uno te hará fuerte; el otro te debilitará. El problema es que nadie se hace la pregunta, y cuando un hombre termina por comprender que ha seguido un sendero sin corazón, ya está por terminarlo”.